Llegadas estas fechas preparamos uno de los dulces más típicos de nuestra gastronomía navideña; el Roscón de Reyes. Lo que realmente no conocemos es cómo llegó este dulce tan típico a convertirse en un plato indispensable en todos los hogares.
El Roscón de Reyes debe su nombre, como muchos sabemos, a los Reyes Magos que llegaron desde Oriente. Mientras que el aspecto actual de este dulce representa la forma de una corona en la que las frutas escarchadas que lo decoran simulan ser las piedras preciosas.
Pero ¿de dónde viene realmente la tradición?
Algunos creen que es una tradición que proviene de la corte de Luis XV, rey de Francia, cuándo en un día de Epifanía un cocinero quiso ofrecerle un presente. Para lograrlo, creó un dulce con el objetivo de impresionarle y dentro introdujo una joya. A Luis XV le encantó la idea y la puso en práctica en la aristocracia de la época, y no solo en la francesa, sino también a las monarquías del resto de Europa. Era una idea tan original que no tardó en extenderse.
Otros, sin embargo, creen que esta tradición es aún más antigua y que se remonta a tiempos de la Antigua Roma, vinculada a una celebración en honor al dios Saturno. Esta práctica consistía en ocultar un haba dentro de una vivienda y al esclavo que la encontrara se le concedería la libertad. En el siglo III se comenzó a popularizar como un juego infantil en el que los padres escondían el haba para que los niños la buscaran y el afortunado que daba con ella se convertía en “El rey de la casa” por un día.
Foto: Aldeana Roscón de Reyes
En España, los primeros escritos en los que se menciona este dulce típico se remontan al siglo XII. En uno de ellos se menciona al Roscón de Reyes, conocido en aquella época con el nombre de “El Rey de la Faba”; en la que se designaba rey al niño que encontraba el haba en el roscón, al igual que ahora. El segundo escrito corresponde a un poeta andalusí, quien en su Cancionero describe una tradición similar con una torta en el año nuevo que contenía una moneda.
Sea como fuere esta tradición se ha convertido en una costumbre navideña, que hoy en día se encuentra en todos los hogares en la semana previa a la llegada de los Reyes Magos. Es en los días 5 y 6 de enero en los que suele comerse este delicioso manjar. Algunos roscones están rellenos de nata, trufa, crema o cabello de ángel. Se prepara a base de levadura, harina, huevos, leche, azúcar, agua, mantequilla y sal.
Y lo más importante de esta dulce tradición: Recordad que el que encuentre la sorpresa será coronado como el rey de la casa, sin embargo a quien le toque el haba será menos afortunado y tendrá que pagar el roscón.