¿Cómo podemos hacer que nuestros peques lleven mejor las altas  temperaturas estivales? Aquí van unos sencillos consejos.

Creencias erróneas
1-. Tomar platos típicos del verano fríos
Se considera que lo mejor que nos puede sentar en un momento de mucho calor es beber algo muy frío para refrescarnos. Sin embargo, al tomar bebidas o alimentos muy fríos el organismo se enfrentará a una repentina bajada de temperatura y tendrá que trabajar más para recuperarse.
Beber agua templada será una mejor opción y el gazpacho y las ensaladas frías nos sentarán mejor si los sacamos un rato antes de la nevera.

2-. Ducharse con agua fría
En este caso ocurre exactamente lo mismo, resulta más eficaz ducharse con agua templada. Al hacerlo con agua fría, se producirá un choque térmico en nuestro cuerpo que nos aliviará de inmediato, pero que a la vez, producirá un efecto rebote: sentiremos calor enseguida.

3.- Cafeína, alcohol y bebidas azucaradas
Para los adultos será mejor no abusar de bebidas con cafeína y bebidas alcohólicas (menos aún para las embarazadas), tampoco de bebidas con mucho azúcar, ya que pueden hacernos perder líquido corporal.

El hogar en verano
4-. Mantener el hogar lo más fresco posible
Bajar las persianas durante las horas de sol y mantener la casa en penumbra hasta el anochecer es buena idea para mantener la temperatura de nuestro hogar algo más fresca. Al anochecer es cuando debemos abrir las ventanas y ventilar la casa. ¡Cuidado con las corrientes si tenemos un bebé!

5-. Desconectar los electrodomésticos que no estemos utilizando, ya que son una gran fuente de calor.

6-. El agua siempre es una buena opción
Durante el día, mojarnos los pies, las manos y la nuca es un método eficaz para refrescarnos a nosotros y a nuestros hijos
Por la noche, fregar los suelos antes de acostarnos con agua ayudará a tener un ambiente más fresco.

Niños
7-. Los aires acondicionados y los cambios fuertes de temperatura son muy perjudiciales para nuestros niños. El aire en los bronquios y pulmones debe estar a 37 grados. Respirar aire muy frío obliga a las vías aéreas superiores a realizar un gran esfuerzo para calentar el aire que entra. Se recomienda que la temperatura esté entre 22 y 24.

8-. 5 cm de altura es lo que necesita un niño para ahogarse, por lo que aunque estemos en casa y nos sintamos más seguros que en la playa debemos continuar teniendo mucho cuidado con el agua.  Lo más seguro, además de no perderles de vista, es ponerles unos manguitos o un flotador mientras juega alrededor de la piscina.

9-. Hay que cuidar la piel de nuestros pequeños, la crema de sol es imprescindible, pero sin darnos cuenta también la podemos dañar de otras formas. Si les bañamos con agua muy caliente correremos el riesgo de deshidratar su piel. Utilizar jabones suaves  y sin perfumes que no hagan demasiada espuma ayudará a evitar reacciones de la piel en esta época en la que está tan expuesta.

¡Con todos estos consejos estaremos mejor preparados para sobrevivir al calor en verano y con nuestro niños sanos y felices!