Para muchas personas el verano es una época difícil para cuidarse. El buen tiempo ayuda a comer y cenar fuera de casa, y en muchas ocasiones, pensamos que el hecho de hacerlo es incompatible para mantener el peso o incluso, bajarlo.
Os dejamos estos consejos prácticos que os ayudarán en la elección de los platos.
1. Pide la salsa aparte: Pidiendo la salsa aparte puedes no servirte salsa, y los demás pueden comer contigo.
2. No vale cualquier ensalada: Comer ensaladas es saludable, y recomendable, dentro de la variedad que nos ofrecen en los restaurantes, evitaremos las que contengan alimentos hipercalóricos como queso, salsas (salsas césar…), mahonesa, miel….
3. Elimina el pan: Si pedimos que nos retiren el pan, no nos lo servirán y podremos evitar la tentación de comernos toda la cesta antes de que nos sirvan el primer plato.
4. Cuidado con la bebida: La elección será agua. Si queremos refrescarnos optaremos por bebidas tipo cola sin azúcar, en su versión light ya que contienen mucho azúcar. En ningún caso elegiremos una bebida alcohólica.
5. No iremos con mucha hambre a la comida: Lo mejor para poder elegir un plato saludable y evitar tentaciones es comer una pieza de fruta, un yogur, una infusión, caldo…antes de llegar al restaurante.
6. Cuidado con el postre. Podemos elegir postres como flan, arroz con leche…que no tienen grasa y así no tener sensación de estar cuidándonos.
7. ¡Prestad atención a la guarnición! Muchos platos vienen acompañados de patatas fritas…guarniciones que tendremos que evitar. Para ello, lo mejor es pedir que no nos sirvan en el plato este tipo de guarniciones.
8. Nunca compensaremos el exceso de las comidas fuera de casa quitándonos alimentos el resto de las comidas, ya que eso desequilibra nuestra dieta, hace que pasemos hambre y produzcamos el efecto contrario al que deseamos.
9. Acordaos que una de las cosas más importantes que tenéis que hacer a la hora de gozar de una buena salud y disfrutar de la comida es realizar ejercicio físico antes de ir al restaurante. Esto nos ayudará a sentirnos bien, ágiles y, por lo tanto, se nos quitaran las ganas de pecar.