Con cordero, con almejas y, por supuesto, con chorizo. El recetario popular español está repleto de platos cuya base son las alubias. Os contamos todos los secretos de esta legumbre que forma parte de lo que hoy conocemos como ‘dieta mediterránea’.

¿Qué son?
Las alubias son una planta que pertenece a la familia de las Leguminosae cuyos frutos tienen forma de vaina. Se consideran legumbres aquellas semillas secas extraídas de dicha vaina. En el caso de las alubias pueden ser de colores, formas y tamaños muy variados, aunque generalmente son arriñonadas o redondeadas.

¿Cuál es su origen?
Aunque España es uno de los mayores productores de alubias, su origen está en el continente americano. Los primeros restos de su cultivo se encontraron en México y datan del 4000 a. C. . Por eso, la alubia es uno de esos alimentos que se popularizó en nuestro país gracias al descubrimiento de América.

¿Qué variedades hay en España?
Se calcula que en el mundo hay más de 300 variedades de alubias. Aquí en España poseemos cuatro denominaciones de origen: I.G.P. Faba Asturiana, I.G.P. Faba de Lourenzá,  I.G.P. Judía del El Barco de Ávila y I.G.P. Alubia de la Bañeza-León. Además, otras variedades como las Alubias de Tolosa o Gernika tienen su propio sello de calidad.

¿Cómo llamarlas?
Igual que ocurre con las variedades, las alubias tienen múltiples apelativos. Ya no solo en los distintos países donde se consumen (fríjol, bean, habichuela…) sino dentro de un mismo país. En España, por ejemplo, se les conocen por los siguientes términos: judías, fabes, caparrones, mongetes, fesols o bolos.

¿Cómo cocinarlas?
Antes de cocinar alubias, es necesario remojarlas durante 12 horas. Ha de hacerse en un recipiente amplio y con abundante agua, ya que aumentarán su tamaño. Además, antes de poner a hervir se pasan por agua fría para eliminar los azúcares que sueltan durante el remojo. Y, recuerda, no se ponen al fuego con el agua hirviendo, sino fría para que no se endurezcan.

¿Qué nos aportan?
La alubias comparten los mismos beneficios que el resto de legumbres: proteínas vegetales, minerales y vitaminas. Apenas tienen grasas y contribuyen a controlar los niveles de colesterol. Pero, si por algo destacan, es por su enorme cantidad de fibra y hierro que aportan energía y favorecen el buen tránsito intestinal.