A todos nos gustaría tener la casa lo más ordenada posible. Sin embargo, el frenético ritmo de vida hace que muchas veces ese objetivo se convierta en una tarea imposible. No desesperes, si estableces una serie de rutinas simples en tu día a día podrás conseguir mantener la casa ordenada de forma más simple y llevadera.

No dejes la cama sin hacer
Una cama hecha le da a la habitación un aspecto más ordenado de inmediato. No busques excusas, son solo dos minutos de nada y la diferencia es abismal. Además, este simple acto puede ayudarte establecer una mentalidad de organización para el resto del día.

Un repaso al baño después de la ducha
Si dejas el baño recogido nada más utilizarlo, no tendrás que hacer grandes esfuerzos cuando lo limpies a fondo. Aprovecha mientras te limpias los dientes para colocar todo en su sitio. Finalmente, pasa un paño por la mampara y el resto de las superficies, el vapor de la ducha hará que la suciedad se vaya más fácilmente.

Después de cocinar, barre y deja limpia la encimera
Cocinar es uno de los momentos más críticos, tanto la encimera como el suelo suelen llenarse de restos de comida. Si no coges el hábito de recogerlos, la cocina acumulará más y más suciedad. Por eso, es indispensable pasar una bayeta y barrer inmediatamente después de manipular alimentos. No lo dudes y aprovecha los minutos en los que la comida está en el fuego.

Recoge los platos siempre
Una montaña de platos en el fregadero da una mala de imagen, además de no ser muy higiénico. Evita tumbarte en el sofá inmediatamente después de comer, ya que solo conseguirás que te dé más pereza. Lo mejor es fregar los platos o introducirlos en el lavavajillas justo después de comer.

No acumules correspondencia
Es muy típico llegar a casa, tirar toda la publicidad y correspondencia en alguna mesilla del recibidor y ponerte a hacer otras cosas. Error. A las semanas esa mesilla habrá desaparecido entre montones de cartas y papeles. Para evitarlo, revisa la correspondencia nada más llegar a casa, tira aquella que no te sea útil y guarda la que sea importante en un lugar establecido para ello.

Recoge la ropa que te quitas cuando llegas a casa
Otro de los errores más comunes: llegar a casa, quitarse la ropa de la calle y dejarla tirada de cualquier modo. Recoger la ropa de inmediato, en cambio, es un pequeño acto de apenas un par de minutos que no solo ayuda a mantener el orden de la casa, también te ayudará a elegir mejor la ropa al día siguiente y a poner menos lavadoras.

Si algo se mancha, límpialo al momento
La regla de oro para mantener la casa limpia y ordenada sin un esfuerzo extra. Solo es cuestión de interiorizar que cada vez que veas que manchas algo, hay que limpiarlo de inmediato. Aunque de primeras te dé pereza, a la larga te supondrá un gran ahorro de tiempo y esfuerzo

Antes de dormir, pon las cosas en su sitio
Una vez has decidido irte a descansar, date cinco minutos para ordenar aquello que no esté en su sitio. Además de ordenar la casa, te irás a la cama mucho más relajado y con una sensación positiva.